Pregunté en la oficina de abonados y allí me dijeron que sólo recogen los carnets de socio perdidos y me mandaron a la pequeña comisaría de la Policía Local que hay al lado de Bomberos, pues me dijeron que todos los demás objetos se envían allí.
El amable policía local que regenta esa oficina me dijo que "el Celta no envía ningún objeto perdido desde la otra temporada que el club estuvo en 2ª" a parte de contarme que las relaciones entre esa oficina y el club es casi inexistente. Estos hechos sucedieron 2 días después del partido así que me sugirió que volviese a la oficina de abonados pero cuando ya hubiesen limpiado las gradas. Mi grado de desesperación era máximo.Así que llegué a pensar que igual las perdí por la calle o por mi casa.
Mi esperanza renació cuando en el siguiente partido en casa, las chicas que con socias a mi lado me escucharon hablar del tema con Seke y Vic y me dijeron que ellas "las encontraron en mi asiento y se las habían entregado a un voluntario de la seguridad del campo". En ese momento les pregunté a todos los voluntarios y porteros que había en la grada de Marcador pero ninguno sabía de mi llave y me instaron a acudir a la puerta 23 que es donde se reúnen todos al final de los partidos y donde la gente recoge los objetos requisados. ¡¡¡Pues hasta allí no había llegado ninguna llave!!! Hablé con el jefe de seguridad y me dijo que volviése al final de cada partido a preguntar a ver si el voluntario ya las había devuelto.
La culpa de perderlas, evidentemente, es mía pero si ese voluntario (el que hasta ellos desconocían cual podía ser porque no sabían cual era la rotación de puertas de aquel partido) hubiese actuado con responsabilidad y cierta "profesionalidad" quizás esas llaves hubieran aparecido y hubiese escrito un mensaje totalmente diferente alabando el funcionamiento del organigrama de voluntariado del Celta.
El pasado domingo vi cómo una señora entregaba a un voluntario de Protección civil un carnet de socio que había encontrado y me acordé del calvario que yo pasé.
Si todos los que vamos al estadio actuamos con buena fe estos casos no se volverían a repetir y nuestra estancia en el campo (al margen de asientos incómodos, cascotes, frío...) sería más agradable sabiendo que, como gran familia celtista de la que muchas veces presumimos sea gente en la que tambíen podemos confiar para encontrar lo que podamos perder.

Aquí queda mi propuesta